Aviones solitarios, ciudades bombardeadas, la locura en los ojos del Führer, grises fotografías, tazas de cereales, portadas de "Life", trenes subterráneos, sierras eléctricas,lunas pobladas de artefactos, estruendo de tranvías, cinematógrafos, yates y rubias, casinos y Ferraris, metralletas San Cristóbal, placas de zinc, taxis amarillos, reflectores entre los rascacielos, pantallas luminosas, grandes corporaciones, también a mí me alarma la pretensión de que con estas cosas se pueda tejer la poesía. Se me han impuesto, sin embargo, y he accedido dócilmente a la aventura riesgosa y seguramente fallida de escribir poemas sobre el siglo XX, con los personajes y los decorados del siglo, con los prosaicos lenguajes del siglo.
Discursos de ominosos histriones políticos, cartas, despachos de prensa, entrevistas,tonadas populares, en muchos de esos lenguajes he jugado a encontrar posibilidades patéticas. Hasta soñé con un poema que fuera una cuña publicitaria, con otro que fuera el catálogo de un almacén, pero esos poemas, sin duda posibles, no me han sido concedidos. Aquí están, de todos modos, viejas obsesiones de mi vida: Kafka, el horror del nazismo, la guerra, los dictadores del Caribe, Tolstoi, Borges, la muerte de Gaitán, Picasso, Virginia Woolf. Y, para comenzar, Nietzsche, pues fue bajo la luna de su agonía que comenzó este siglo, el peor y, por supuesto, el más entrañable de todos.
W.O.
(C) William Ospina
Introducción a Con quién habla Virginia caminando hacia el agua.
Voz: María García Esperón
Música: L. Einaudi
MMXI